26 junio 2015

LOS ESENIOS ~ Maestros de Luz

Por Loly Suriani

Mucho se habla de los esenios, pero es casi nada lo que se sabe a ciencia cierta de esta secta o fraternidad judía del siglo II a. C., dedicada a la oración, la vida austera y monacal en comunión con Dios y la naturaleza, a servir al prójimo y a iluminar las conciencias en el camino hacia Dios. Sin embargo, los esenios están mucho más cerca de lo que pensamos, presentes en infinidad de oraciones, costumbres, creencias, ritos y filosofías de vida propias del Cristianismo que han perdurado hasta nuestros días. También muchas creencias místicas y esotéricas derivan de ellos. Prácticamente, todas sus enseñanzas y mensajes han cruzado nuestra cultura y forma de vida. Es inabarcable lo que se puede aprender de su cultura, considerando que muchos dicen que Jesús mismo, y otras grandes personalidades del Cristianismo, fueron esenios.

Se dice que su misión fue neutralizar, con la fuerza de sus pensamientos y poder vibratorio de su oración, las bajas vibraciones del entorno en el área donde habría de nacer el Mesías. Pero aunque hoy se considera a la tribu esenia como la precursora de la Iglesia Cristiana, como la cofradía que plantó la semilla para que las enseñanzas de Jesús cayeran en tierra fértil, ésta permaneció oculta al conocimiento profano por lo hermético de su enseñanza, por la elevada misión que les correspondió cumplir y por no ser mencionada en la Biblia. Recién se hizo conocida en nuestra cultura a partir del hallazgo, en el año 1947, de 800 rollos de Evangelios Apócrifos, conocidos hoy como los Papiros de Qumram o los Rollos del Mar Muerto. 

Hablar de los Esenios es conectarse con la Paz. Tenían un estilo de vida que contemplaba el respeto y la conexión permanente en el presente con la Divinidad. Contaban con un estado de consciencia en el que el prójimo formaba parte de uno mismo. No había diferencias de ninguna clase, todos eran iguales y les correspondía su parte pero también, en relación al esfuerzo, obtenían el mérito. Su profunda devoción hacia la naturaleza los hacia vivir comulgando con sus fuerzas y respetando sus leyes. Todas las criaturas tenían derecho a vivir. Se declaraban vegetarianos y complementaban su nutrición con la exposición a la energía del Sol. 

Tenían una vida simple y ordenada, con rituales diarios se mantenían con un estado de óptima salud física, mental y espiritual. La oración y la plegaria eran conversaciones diarias que mantenían con el Creador. El meticuloso conocimiento que lograron de las condiciones en las que se generaba la vida, los hacia Sanadores y Maestros. Respetaban la ley mosaica y promulgaban el monoteísmo. 

Para comprender que todo es energía y que por lo tanto la Tierra y el Cielo generaban fuerzas de todo tipo, clasificaron esas fuerzas en Comuniones de Energías Angélicas con los que sintonizaban en diferentes momentos del día y de la semana. Se relacionaban interna y externamente con la conciencia de la Paz como bandera y así dominaban sus emociones negativas y los pensamientos destructivos y contradictorios.

EL PENSAR, DECIR Y HACER DE UNA MANERA COHERENTE LES PERMITÍA ACCEDER AL PROGRESO Y A VIVIR CON RELACIONES DE PAZ Y AMOR PARA CON UNO MISMO Y PARA CON EL PRÓJIMO.

La mente y el cuerpo debían vincularse con coherencia y cuidado. De esa misma forma se producía la relación con los miembros de la familia, con el resto de la humanidad y con el Creador tanto en la Tierra como en el Cielo.

Fuentes:
Kabbalah, Arquitectura Sagrada
El Templo de Luz Interior
Wikipedia

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